La problemática de Colombia ha tenido un gran trasfondo de desigualdad económica, violencia y escasa protección a comunidades vulnerables. El conflicto que involucró a grupos guerrilleros, bandas paramilitares y las Fuerzas Armadas ha durado más de 50 años, con 8,8 millones de víctimas y dejando graves secuelas en la población civil y estructuras sociales.
Los proyectos de Ong Dagua se llevan a cabo en la ciudad de Buenaventura, situada en el Departamento del Valle del Cauca, territorio lleno de contrastes con uno de los puertos más sofisticados de Latinoamérica, pero el 81% de la población vive en la pobreza y un 40% en condiciones de pobreza extrema. Las mujeres, la población infantil y los menores de 24 años son los que más sufren sus consecuencias.
Buenaventura sufre graves problemáticas de vulneración de derechos humanos que afectan directamente a la población civil, niños y mujeres y entre las que encontramos implicados: el narcotráfico, la extorsión, la violencia, la falta de servicios públicos y la ausencia de educación de calidad y oportunidades laborales, que al final convergen en un mismo punto: la pobreza.
Es una ciudad estratégica, económicamente hablando, para lo legal y lo ilegal. Ésto genera una dinámica fuerte de victimización. La presencia de grupos armados relacionados con diferentes economías ilegales que se asientan en la ciudad generan una dinámica muy violenta con el fin de ejercer el control territorial y social.
Esta situación repercute alarmantemente en las condiciones de vida de los niños, niñas y adolescentes del municipio, reproduciendo el ciclo de la pobreza. Como afirma el PNUD «Las trampas de pobreza consisten en que las condiciones de un territorio en el que habita una comunidad, no tienen mecanismos que le permitan a esta sociedad salir de la situación de marginalidad en la que ha estado inmersa por una sumatoria de circunstancias sociales, económicas y políticas”.
Buenaventura se encuentra con un sistema sanitario crítico con carencia de recursos financieros y humanos, una insuficiente infraestructura hospitalaria, falta de acceso a medicamentos y tecnologías médicas de última generación.
La pobreza y la extrema pobreza es un factor de riesgo muy elevado para que los niños y jóvenes sean reclutados con facilidad por grupos de delicuencia que realizan actividades al margen de la ley.
Todos estos factores nos mueven a trabajar para que los derechos de la población, en primer lugar mujeres , niñas y niños sean respetados.